lunes, 19 de febrero de 2007

Un día X de febrero

"El amor ... ah, suave afán, cabal e inútil pena..."

Miguel Ángel Asturias


En los parques, las bancas, en las pequeñas jardineras, acostado en el pasto o recargado al pie de un árbol, uno se siente en contacto con si mismo y puede analizar las cosas mejor, claro, para que esto suceda, se tiene que cumplir con requisito. Que no haya en nuestro alrededor ningún vendedor, también todos los complejos, y todos los ruidos de la ciudad existan enormemente lejos.

Si cierras los ojos en un instante y escuchas los sonidos del viento golpeando las hojas de un árbol, te transportarás a otro lugar y sentirás que tu mente se aparta de tu cuerpo... Si alguna vez lo has hecho, me creerás lo que te digo a continuación; qué todos los parques y jardines tienen una maravillosa inclinación a los sueños, a que se puede soñar despierto y a que el sueño no se aleje de ti... Después de todo, se tiene su secreto para creerlo, ese es que si miras hacia arriba y ves como los rayos de luz pegan en las hojas, o ver como las nubes toman alguna forma que nuestra mente trae consigo, y ver como las parejas llegan al parque tomadas de la mano, lo podrás ver, más bien, entender..., pero ah!, todas las parejas que van al parque, ya sea lleguen caminando, bajando de un taxi o llegando por sorpresa, se miran muy calorosamente cómo si el amor fuera un parque o un gran refugio y ellos se refugiaran dentro de ese amor.

Allí estaban ellos. Tomaré de ejemplo aquellos dos, (que también podrían llamarse Marcos y Raquel, o Alfonso y Adriana, o Jorge y Dulce, que sé yo) a veces me imagino que es lo que ellos se dicen, y más cuando él la ve con dulzura a los ojos, y ella le responde con una sonrisa diciendo; "estás en mi", y pienso que hablan de grandes temas importantes de amor y cosas así, y trato de comprender y captar lo que se dicen cuando las personas se quieren. Tal vez desde larga distancia me transmitan esto...



-ayer en la noche llena de soledad, me puse a pensar en ti, y sé que me haces falta...

-yo también te extraño y quiero.

-¡qué linda estás!, te quiero.

-te quiero...

-y en esas noches de soledad te sueño como siempre te he deseado soñar...

-te quiero.

-...pero como entenderás yo trabajo duro por ti, a veces las cosas no salen como quiero y planeo, muchas veces me enojo, me estreso, insulto a los demás, me desespero y hasta lloro, y todo eso cae en ti amor...

-no importa amor, te quiero.

-...eso me pone triste. Ahora estoy triste amor. Tú ya conoces mi tristeza, me deshace, me aplasta. No deja dormir.

-amor mío, sabes, tengo mucho miedo de no saberte, de no saberme aquí.

-todo sé de ti. Conozco a la niña detrás de ti. Sé eso que sólo tú piensas que sé y lo que realmente sabes de mi, de ti.

-dame tu mano y olvida todo, ya se te pasará la nostalgia si te abrazas a mí.

-¡qué suerte es el tenerte y qué desgraciadamente es también es el no tenerte como yo quiero.

-te quiero...



...Eso me imagino que dicen, aunque la realidad puede ser otra, me llega a la mente que puede ser también algo más triste y más desolado, podría ser uno de esos amores equivocados de la vida que se encuentran por el camino antes de encontrar el verdadero amor... Los observo desde lejos y disimiladamente para no interrumpirlos, pero desde mi lugar, puedo entender que él la ve con ojos tristes y ella quiere sonreir pero al parecer no puede, creo que él le quiere hablar, pero su nudo en la garganta es mas fuerte y le impide hablar cómo él quisiera hablarle, el silencio de ella es incómodo, pero para él es mucho más que eso, sabe muy bien que seguirá después de ese silencio, ellos ven en sus miradas su dolor de cada quien.., ahora creo que se están diciendo lo que se dicen en las despedidas dolorosas de amor...


-querida, tú misma lo dijiste, nuestro amor se nos acaba.

-sí, un amor más para recordar, sólo eso, y tenemos que aprender de él.

-era de esperarse, las parejas que se aman así...

-como nosotros, tan triste , tan desesperado, tan apasionado y otras tantas veces loco, se destruyen sin antes saberlo.

-hace tiempo te busqué, entonces de un largo tiempo te pude encontrar, luego por cosa del destino te perdí, pero te volví a encontrar después y ahora te pierdo de nuevo, y es así que cierro mi ciclo de amor contigo querida.

-y yo cierro el mío contigo.

-el frío de invierno me preocupó mucho tiempo cuando era apenas un niño, hoy sé que hay mucho más cosas tristes y preocupantes que el frío.

-se acaba el invierno amor, pero el invierno que hay en nosotros parece largo y eterno.

-sí, lo sé. No veo llegar nuestra primavera.

-tal vez sea que la mire venir, contigo o sin ti, pero la veré.

-sí, tal vez no la vea contigo a mi lado.

-no te olvidaré, pues si lo hago también me habré olvidado un poco de mí.

-para quererte más ya no tengo tiempo, ya no puedo. No vayas a llorar cómo yo lo estoy haciendo, es sólo un pretexto para decirte que he de olvidar...

-creo que es momento de que sigas el camino sin mí.

-entonces te digo adiós ahora, para no herirte ni herirme más, para que puedas volverte a enamorar. Te digo adiós.

-entonces, adiós...

-...adiós.


No sé si todo esto ocurrió de verdad, pero los vi alejarse, los vi besarse, era un tierno beso de amor, de felicidad, lleno de tristezas, de amargura, de cientos de dudas de incomprensión, o de un otro dolor escondido en los labios entreabiertos de esos dos. No sé que cosas se dijeron, que promesas de amor se prometieron el uno al otro, que se secretos se contaron y se guardaron cada quien su llave, que risas callaron para apreciar el silencio de sus miradas.., mi imaginación no comprende mi realidad, a veces vuela de más, quizás sólo eran amigos, tal vez dos familiares lejanos que se encontraron de paso, podría ser también dos desconocidos que por azar coincidieron en ese lugar al igual que sus vidas se unieron en el instante que yo miraba a la dirección equivocaba y entrometida mientras contemplaba aquel parque de ciudad y escuchaba lo que ellos no se decían...

La tarde cae, el sol muere con ellos, es hora de marcharse ahora a casa, y yo sin saber aún que se habrán dicho... Ya los dos se fueron por donde vinieron..., si este lugar me hablara y me contara todos sus secretos de amor, podría contarte la verdadera historia. Esos dos ya se han ido, yo, por una extraña razón, me quedo.




* un trabajo de hace un tiempo que empecé a hacer el 19 de febrero pero que apenas acabo hoy... ¡¡que grande eres!!

lunes, 12 de febrero de 2007

Alas


...este lunes 12 de febrero, el viento sopla fuerte, es cuando me trae nostalgias varias, de añorarlos bueno y viejos tiempos, cuando una era niño, y todo lo demás era fácil, tan fácil cómo volar un simple papalote (aunque lo admito, nunca pude hacerlo bien, se me iba por no amarrarlos fuerte con hilo, o se me rompían las varillas de carrizo en el mismo tiempo que quería hacerlos despegar, y en unos segundos después, caían cómo piedra (era digno de verse jaja) era pesímo para eso, pero disfrutaba haciéndolos, mis hermanos siempre fueron los expertos para esas cosas, y eso que no tenía mucha ciencia, no tenías que tomar cursos de aerodinámica o algo por el estilo..., y por las tardes de julio y agosto (sé que es febrero pero que importa) nos pasábamos horas volando la figura geométrica llena de diversiones, lo mirábamos desde el suelo, a ras de todo lo simple, o él nos miraba a nosotros desde arriba, aún no entiendo la diferencia, en fin, jugábamos a ver quién lo llevaba más lejos y lo regresaba a casa, cómo si fuera un niño perdido.

Extraño esos agradables días, en el que uno se puede sentir parte del viento, siempre y cuando se tenga que desprender de uno mismo (para ser más ligero), y en el que el cielo se cubría de papel china y de colores, que por cierto, no siempre combinaban con el color de las azoteas y con el color de las cañas y del campo...

Mi hermano mayor, Osvaldo, siempre le gustaba hacer de papalotes, estrellas, y una que otra figura, el fue siempre el ingenioso de la familia. En mi mente llegan los recuerdo, porque son tan espontáneos (aunque no lo creo), pero son maravillosos, que me hacen volver atrás y revivirlos, hasta llegar aquella vez que él hizo y voló una gran estrella, de casi un metro, tal vez era menos, pero a esa edad temprana lo ve todo grande. Mi otro hermano, Hugo, era un perfeccionista para hacerlos, hubo una vez que él acababa de hacer un papalote, era amarillo (qué feo color) y yo iba saliendo de la tienda y sin querer choqué con su obra, y lo partí en dos (jajaja) mi hermano se pusó enojado pensé que me iba a pegar (o me pegó, no lo recuerdo jeje) e hizo pedazos su papalote, eran los últimos años que hacíamos elevar los sueños, y por suerte, son los que mejores se guardan y recuerdan... Uno ve a las personas caminando por la calle y piensa que son libres, pero cuando ve al cielo y hay papalotes, se da cuenta, que no es cierto...